Probióticos y prevención del cólico del lactante
El cólico del lactante afecta a un 20-30% de los lactantes sanos menores de cinco meses y puede ser un motivo de gran alteración en la dinámica familiar. Aunque su etiología es multifactorial, en la que tienen un gran papel factores ambientales, cada vez se encuentran más evidencias de la participación del aparato digestivo en el cuadro, bien por la inmadurez del aparato digestivo o por cambios en la microbiota, resultantes en una mayor producción de gas. La microbiota intestinal del lactante con cólico difiere de la de los lactantes sanos, con una mayor presencia de proteobacterias y una disminución de las actinobacterias (bifidobacterias).
Fruto de estas investigaciones ha sido el empleo de determinadas cepas de probióticos en el tratamiento del cólico. Se ha demostrado eficacia con cepas de Lactobacillus, Bifidobacterium y Streptococcus. La disponibilidad, la facilidad de administración y el coste asequible han hecho de los probióticos una herramienta de primera línea en el tratamiento del cólico del lactante. Aunque no hay una recomendación especifica de duración del tratamiento, parece aconsejable que no sea inferior a cuatro semanas.
Una pregunta que me hacen bastante en los cursos del Programa APAP versa sobre el papel del probiótico en la prevención del cólico del lactante. La revisón Cochrane "Probiotics to prevent infantile colic (Review)" aborda esta cuestión. Tras una búsqueda sistemática de estudios clínicos, solo 6 que incluían a un total de 1.886 participantes cumplieron los criterios de inclusión, comparando un probiótico frente a un placebo. En dos de los estudios el uso de probióticos comenzó durante el embarazo y continuó en el niño después del nacimiento.
En tres de los estudios, que comprendieron un total de 1.148 participantes, no se encontró diferencia entre los grupos en la incidencia de cólico. Sin embargo, en un subanálisis que incluyó tres de los estudios (707 participantes) se encontró una menor duración del cólico (-32,57 minutos) en el grupo que empleó probióticos. No se encontró diferencia en la frecuencia y gravedad de los efectos adversos al comparar ambos grupos. Los autores de la revisión concluyen que no existe una evidencia clara de que el uso de probióticos prevenga la aparición del cólico, aunque en aquellos que lo presentan, la duración del tiempo de llanto diario fue inferior cuando se usaron probióticos. El pequeño número de estudios que pudieron incluirse en la revisión condiciona la validez de los resultados, a la espera de confirmación con nuevos estudios con mayor potencia estadística.
Bibliografía y referencias: