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¿Qué pruebas alérgicas realizar a niños con asma?



Dada la estrecha relación entre asma y alergia, particularmente en la edad pediátrica, es importante realizar un estudio alergológico a todo niño con el diagnóstico de asma, independientemente de la edad, en el que se sospeche que un alérgeno pueda estar influyendo bien sea en el desarrollo o en control de la enfermedad.

El estudio puede realizarse utilizando diferentes pruebas que en ningún caso son excluyentes sino complementarias. Se puede optar por técnicas in vivo (prick test/pruebas intraepidérmicas) o in vitro (determinaciones de IgE específica frente a alérgenos completos).

El prick test ofrece algunas ventajas sobre las pruebas in vitro tales como una alta sensibilidad y valor predictivo negativo, ser fácil de realizar, permitir estudiar múltiples alérgenos de forma rápida y sencilla siendo conocedores de los resultados en 15 minutos, y tener excelente perfil de seguridad (su tasa de reacciones sistémicas es menor a 1 por cada 2.000.000 de pruebas), siendo por todo ello la prueba de elección inicial1.

La baterías de alérgenos a testar serán, además del control negativo (suero salino fisiológico o gliceraldehído) y control positivo (histamina 10 mg/dl), los neumoalérgenos más frecuentes de la zona geográfica y los alérgenos sospechosos específicos para el paciente determinado. En la zona geográfica española se deben incluir, además, ácaros del polvo doméstico (D. pteronyssinus, D. farinae), ácaros de almacén (L. destructor), polen de gramíneas, polen de malezas (propios de cada zona), polen de árboles (propios de cada zona), epitelio de perro y gato, así como hongos comunes (Alternaria, Aspergillus).

La técnica debe realizarse por personal entrenado en su realización e interpretación, y los extractos utilizados deben ser estandarizados. Se realiza aplicando una gota del extracto alergénico en la cara anterior del antebrazo, puncionando a continuación la piel con una lanceta a través de la gota del extracto sin producir sangrado2. Es importante utilizar una lanceta distinta para cada extracto para evitar contaminaciones alergénicas. El resultado se valora midiendo el diámetro máximo de la pápula generada, considerándose positivo si dicho diámetro es superior o igual a los 3 mm.

Debe tenerse presente que su positividad no se correlaciona necesariamente con la gravedad de la enfermedad, y que la positividad en una prueba alérgica, tanto in vivo o in vitro no equivale al diagnóstico de alergia, si no que solo demuestra que el paciente se encuentra sensibilizado a un determinado alérgeno, y por ende el diagnóstico de alergia vendrá dado en el caso de que exista además de una positividad en dichas pruebas de un correlato clínico asociado entre la exposición al alérgeno al que el paciente se encuentra sensibilizado y la aparición de sintomatología.

El resultado de las pruebas in vivo (prick test), no así las determinaciones de IgE específica, puede verse influenciado por distintos fármacos que el paciente esté recibiendo tales como corticoides tópicos en la zona de punción o la ingesta de antihistamínicos orales. En el caso de los antihistamínicos orales de segunda generación deben suspenderse 7-10 días antes de la prueba2.

Como alternativa o complemento se puede determinar la IgE específica, siendo un método cuantitativo, que a su vez es más caro y lento en la obtención de los resultados en comparación con las pruebas in vivo. Tiene una especificidad similar al prick test y en general los niveles altos coinciden con síntomas más intensos aunque no de forma inequívoca. Se considera positivo si su valor es mayor de 0,35 kU/l. Es importante tener presente que en la determinación de IgE específica pueden aparecer falsos positivos si la cifra total de IgE es muy elevada, hecho frecuentemente observado en el caso de niños con dermatitis atópica.

Una alternativa a la determinación de IgE específica para Atención Primaria es el InmunoCap Rapid, que determina IgE específica frente a 10 alérgenos, ambientales y alimentarios, de forma cualitativa y semicuantitativa. Recientemente, se ha perfeccionado el diagnóstico in vitro mediante el estudio de alérgenos moleculares, diferenciando la sensibilización secundaria a reactividad cruzada frente a la primaria1.

En este sentido desde el punto de vista de la alergia ambiental a aeroalérgenos estas determinaciones moleculares son muy interesantes de cara a indicar de forma apropiada un tratamiento inmunoterápico, de tal forma que si el paciente se encuentra genuinamente sensibilizado frente a los alérgenos mayoritarios de los ácaros D. pteronyssinus (Der p1, Der p 2 o Der p 23) o de las gramíneas Phleum pratense (Phl p1 y Phl p 5 b) la inmunoterapia específica previsiblemente será efectiva, mientras que si por contra se encuentra sensibilizado a panalérgenos o alérgenos no especie-específico (ácaros Der p10; gramíneas Phl p 7 y Phl p 12) la inmunoterapia específica no ofrecerá buenos resultados.


Bibliografía y referencias: