Vacunas ARNm en cáncer: datos esperanzadores en la lucha frente a melanoma y cáncer de páncreas
La inmunoterapia ha revolucionado el campo de la oncología en los últimos años permitiendo aumentar la supervivencia de multitud de tumores gracias al empleo de fármacos (como los inhibidores de punto de control o checkpoint inhibitors) que activan la respuesta inmunitaria frente a las células del tumor. Las células tumorales consiguen evadir la función de vigilancia inmunitaria, similar a los mecanismos de evasión de los patógenos en el momento de la infección, de forma que el tumor se vuelve invisible para nuestras células inmunitarias. El objetivo de la inmunoterapia frente al cáncer es potenciar esa función natural de nuestro sistema inmune sobre cualquier célula que pretenda escapar al riguroso control de ciclo celular y acumule mutaciones que la conviertan en células displásicas.
Dentro de la inmunoterapia, el campo de las vacunas frente al cáncer también ha evolucionado y ha permitido la aprobación en el año 2010 de la primera vacuna específica para el cáncer de próstata (sipuleucel-T, Provenge®) estimulando las células inmunitarias del paciente contra el antígeno tumoral específico de próstata (fosfatasa ácida prostática, PAP) y que junto a la conocida vacuna frente a la tuberculosis (BCG, Bacilo de Calmette-Guérin) que, a través de su acción inespecífica de estimular la respuesta inmune, es terapia desde hace 30 años frente al cáncer de vejiga.
Son varias las barreras que han hecho que los progresos en este campo no hayan sido tan espectaculares como en el campo de las infecciones, principalmente la falta de un antígeno tumoral específico frente al que generar la respuesta inmune y la pobre respuesta obtenida con los sistemas de vacunación tradicionales (vacunas proteicas + adyuvante). En este sentido, el desarrollo de la plataforma ARNm ha permitido un avance muy significativo ya que permite generar una potente respuesta inmunitaria actuando a nivel de las células T-CD4+ y T-CD8+ (a diferencia de las vacunas clásicas que actúan solamente a nivel de las células T-CD4+), consiguiendo de esto modo respuestas inmunes robustas que destruyen las células tumorales. Además, la flexibilidad que permite esta tecnología la hace muy adecuada para la fabricación de vacunas personalizadas a las características de cada tumor, ya que el futuro de la vacunación frente al cáncer pasa por una personalización de las terapias adaptadas a las características antigénicas de cada tumor.
Los primeros resultados de los ensayos clínicos con vacunas ARNm frente al cáncer muestran datos muy esperanzadores en la lucha frente a dos tipos de cáncer con una altísima mortalidad: melanoma en estadios avanzados y cáncer de páncreas. Resultados en fase 2 con una vacuna ARNm frente al melanoma en estadio III-IV, muestran un aumento en la supervivencia de los pacientes del 44% con respecto a la terapia tradicional y resultados en fase 1 de una vacuna ARNm frente al cáncer de páncreas, evidencian una potente respuesta inmune frente a los antígenos tumorales del paciente que 18 meses después de la vacuna evita la recurrencia del tumor. Son resultados que suponen un salto cualitativo espectacular en este campo y que auguran un gran futuro para la plataforma ARNm en la inmunoterapia frente al cáncer.
Bibliografía y referencias:
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