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El sistema hormonal D


Dr. Esteban Jódar Gimeno | Endocrinología y Nutrición

Hospital Universitario Quirónsalud, Madrid


El sistema hormonal D ha sido sistemáticamente ignorado desde su descubrimiento conceptual y sigue dominando su visión como vitamina, incluso en páginas con información para pacientes habitualmente cierta o páginas de información general.

Este dato nos conduce, de forma inexorable, a cometer errores al aproximarnos a esta hormona con una visión típica de una vitamina o de un fármaco.

La prueba más obvia es el error de intentar mostrar que más es mejor. En su enorme producción científica, la Dra. Bishoff-Ferrari, tras publicar la relación positiva entre concentraciones séricas de 5-OH Vitamina D, el metabolito que debe medirse para valorar las reservas del sistema hormonal D, se inició una cascada de publicaciones que demostraban menor riesgo de observación de diferentes enfermedades con mayores niveles de hormona D.

Estas enfermedades eran tan diversas como las infecciones respiratorias, la tuberculosis, con la que hay una relación bien establecida, la esclerosis múltiple, enfermedades reumatológicas, enfermedades metabólicas y así hasta más de cien condiciones.

Siguieron entonces diversos metaanálisis para demostrar beneficios osteoarticulares, que han llegado a superar en número a los ensayos de calidad sobre el asunto.

Por tanto, se ha establecido un paradigma de que la “vitamina D” es buena y, por tanto, cuanto más mejor en vez de una mucho más razonable visión endocrinológica u hormonal. La hormona D es una hormona y, como otras, tanto su exceso como su defecto no es bueno para la salud. Eso explica aparentes situaciones incomprensibles como el exceso de caídas mostrado en algunos estudios de suplementación o el reciente hallazgo de la misma Dra. Heike A. Bischoff-Ferrari de más caídas con dosis relativamente altas de suplementos de hormona D.