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Relación entre microbioma y hospedador: más que una relación de convivencia


Dr. José Manuel Moreno Villares | Pediatría

Clínica Universidad de Navarra, Navarra


Se publicó en mayo de 2020 un artículo de revisión en la prestigiosa revista Cell Research "Interaction between microbiota and immunity in health and disease" sobre las interacciones entre la microbiota y el desarrollo y la función del sistema inmune en los mamíferos, y su papel en la homeostasis y en la aparición de enfermedad.

En esta relación tan particular, el microbioma juega un papel crítico en el desarrollo y en el entrenamiento de los componentes principales de la respuesta innata y adaptativa del hospedador, mientras que el sistema inmune dirige el mantenimiento del equilibrio entre el microbioma y el hospedador.

En individuos susceptibles genéticamente, el desequilibrio de la microbiota (disbiosis) parece contribuir en la patogénesis de un gran número de enfermedades de carácter inmune, como la enfermedad inflamatoria intestinal, la artritis reumatoide o el cáncer.

El conocimiento de la interacción entre microbiota y salud y enfermedad en el hospedador es todavía como un iceberg, del que solo atisbamos una pequeña proporción. Los datos de los que disponemos apuntan a un diálogo en ambas direcciones: una microbiota distinta y sus metabolitos activan la inmunidad, mientras que la inflamación crónica modula la expresión de la microbiota y su función.

Empezamos a conocer también que existe una gran variabilidad interindividual en la configuración del microbioma y la respuesta inmune, no solo explicada por la enfermedad.

La aplicación de estrategias encaminadas a modificar el microbioma de las que el trasplante fecal es la máxima expresión y el empleo de probióticos la más extendida, no hemos alcanzado un consenso sobre lo que significa una microflora “saludable”.

Mientras que el trasplante fecal tiene como misión reemplazar a toda la microbiota, el uso de cepas específicas de probióticos busca restablecer el equilibrio en alguna patologías. No resulta un sueño pensar que en el futuro se pueda complementar con acciones encaminadas a deplecionar de forma selectiva y precisa a determinados patógenos (patobiontes), o el uso de modificaciones en la dieta encaminadas a facilitar la disponibilidad de algunos nutrientes específicos. También el uso de metabolitos producidos por el microbioma (postbióticos) ha entrado en esta carrera. La aplicación clínica de estos avances en el conocimiento está sólo comenzando. Estamos más cerca de haber atravesado el Rubicón que de afirmar que “alea jacta est!” (todo está cumplido).


Bibliografía y referencias: