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Tratamiento de la EPOC: no todo son fármacos



La finalidad del tratamiento de la EPOC es reducir los síntomas y las exacerbaciones, mejorar la tolerancia al ejercicio y la salud en general. La base del tratamiento farmacológico lo constituyen los inhaladores, fundamentalmente los broncodilatadores de larga duración (BDLD). En determinados pacientes tendremos que añadir corticosteroides inhalados (CI) asociados a uno o dos BDLD. Los corticosteroides inhalados nunca se deben utilizar en monoterapia en la EPOC. Este tratamiento farmacológico debe ir siempre acompañado de un tratamiento no farmacológico que en muchas ocasiones ni nos acordamos de implementarlo en la consulta.

La deshabituación tabáquica es la intervención más importante en el tratamiento de la EPOC. Resulta ser la actividad más coste-efectiva que puede realizar el médico de Atención Primaria. En ocasiones utilizaremos apoyo farmacológico.

La actividad física regular se adaptará a la edad y a sus condiciones físicas del paciente. Está demostrado que la inactividad física se asocia a un incremento del riesgo de mortalidad y de presentar reagudizaciones. Debemos transmitir a los pacientes con EPOC que la actividad física es esencial en el tratamiento (al igual que ocurre con las personas con diabetes). La propia evolución de la EPOC vuelve a los pacientes más sedentarios y la actividad física regular constituye un verdadero cambio de conducta. Simultáneamente mejoran el resto de las comorbilidades. Se recomienda un mínimo de 30 minutos al día al menos cinco días en semana.

La rehabilitación pulmonar es un concepto mucho más amplio que la simple actividad física e incluye a esta. Su principal objetivo es la obtención del máximo grado de autonomía posible y la mejoría de la calidad de vida. Es fundamental en el abordaje de la disnea. Para realizarla adecuadamente se necesita una infraestructura que actualmente dificulta el acceso a gran parte de los pacientes.

Componentes del Programa de Rebahilitación Pulmonar de la Guía GesEPOC 2017
Figura 1: Programa de rehabilitación pulmonar tomado de E. Pleguezuelos et al. Arch Bronconeumol. 2018;54(11):568–575.

La rehabilitación pulmonar tiene un efecto muy positivo sobre el paciente; no solo físico, también psicológico. Favorece el que conozca mejor su enfermedad y modifique su conducta para adquirir una vida más saludable reduciendo el riesgo de agudizaciones y por tanto de mortalidad.
Algunos aspectos del tratamiento integral de la EPOC pueden considerarse como rasgos tratables como viene determinado en la actualización de la GesEPOC 2021.

El tratamiento nutricional para el bajo peso es un rasgo tratable frecuente. Del 25 al 35% de los casos de EPOC (fundamentalmente por enfisema) tiene bajo peso. Se afectan la musculatura respiratoria, el parénquima pulmonar y el sistema inmunitario. Se considera malnutrición si el índice de masa muscular es menor de 18 kg/m2. La obesidad también es otro factor para tener en cuenta en la EPOC. Puede limitar la capacidad de ejercicio, producir restricción respiratoria y agravar la disnea. En aquellos casos con niveles de vitamina D menores de 25 nmol/l, se ha demostrado que la administración oral de vitamina D reduce las exacerbaciones moderadas-graves.

El tratamiento de la insuficiencia respiratoria crónica se realizará mediante oxigenoterapia continua domiciliaria para mantener una PaO2 igual o superior a 60 mmHg o una saturación de oxígeno igual o superior a 90% en reposo. Al menos durante 16 horas al día. Se realizará ventilación no invasiva en pacientes con hipercapnia persistente después de una exacerbación de la EPOC.

El tratamiento quirúrgico de la EPOC se realiza mediante bullectomía en pacientes con disnea de esfuerzo con bullas gigantes que ocupan más del 30% del hemitórax y con un FEV1 inferior al 50%. El trasplante pulmonar se considera en aquellos pacientes que a pesar del tratamiento correcto tienen un riesgo de muerte superior al 50% en dos años y con más del 80% de posibilidades de sobrevivir al postoperatorio.


Bibliografía y referencias:

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