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La vacunación se considera una de las medidas preventivas más eficaces de la medicina moderna. En patologías crónicas como la EPOC, la vacunación constituye un pilar fundamental. Sin embargo, las tasas de vacunación en pacientes con EPOC distan mucho de ser las adecuadas y se sitúan aún lejos de las estrategias recomendadas actualmente, cifras que esperemos que se reviertan en los años venideros con el desarrollo de las nuevas tecnologías.

El asma es una enfermedad común que afecta a mujeres en edad reproductiva. El embarazo puede afectar el curso del asma y hasta aproximadamente un tercio de las mujeres, experimentan un empeoramiento de sus síntomas durante la gestación. Las exacerbaciones del asma durante el embarazo pueden tener graves consecuencias para la madre y el feto.

Tambien existe evidencia disponible para demostrar que la neumonía neumocócica se asocia a un mayor riesgo de complicaciones cardíacas. Estas complicaciones incidentes como la insuficiencia cardiaca y la arritmia son comunes en pacientes con neumonía adquirida en la comunidad y se asocian con un aumento de la mortalidad a corto plazo. La edad avanzada, la residencia en un hogar de ancianos, la enfermedad cardiovascular preexistente y la gravedad de la neumonía se asocian con su aparición.

La pandemia de COVID-19 ha confirmado, a todos los niveles, que los programas de vacunación son altamente efectivos y que la implementación correcta de estos programas es crucial para mantener la salud y la independencia de la población adulta. En la actualidad, varias vacunas están disponibles y recomendadas para adultos europeos en distintos grupos de edad y de riesgo. Sin embargo, las coberturas de vacunación en adultos son extremadamente bajas, hecho probablemente asociado con oportunidades perdidas de vacunación.