Publicidad vacunacion santiago

Relación entre la pandemia COVID-19 y la reactivación del herpes zóster


Dra. Mariam de la Poza Abad | Medicina Familiar y Comunitaria

Centro de salud Doctor Carles Ribas, Barcelona


A nivel de salud mundial hemos ido conociendo el peligro que entrañaba el hecho de padecer COVID-19. Las manifestaciones clínicas desde el inicio han sido variadas y hemos ido adjudicando o descartando al virus algunas de ellas. Pero hay una que estaba clara desde el principio, la alteración de nuestro sistema inmunitario. Sabemos que disminuyen de manera cuantitativa los linfocitos T (CD4+, CD8+) y las natural killer (NK). Esta disminución de protección ha dado lugar a diversas manifestaciones entre ellas las cutáneas con lesiones que han ido desde máculo-pápulas, sabañones y urticaria. Pero también hemos visto cómo hay entidades cutáneas que han aumentado su incidencia: acné, rosácea, dermatitis seborreica y herpes zóster1.

El herpes zóster es la reactivación del virus de la varicela zóster (VVZ). Tras la recuperación de la varicela, el VVZ queda latente en los ganglios sensoriales y su reactivación, con las manifestaciones típicas de dolor, astenia, vesículas que siguen trayecto de un dermatoma u otras manifestaciones, es debida a un desencadenante como traumatismo, fiebre o inmunosupresión. Aunque es raro, también vemos esta reactivación en pacientes con un sistema inmunológico competente2. Las manifestaciones del herpes zóster curan pero puede dar complicaciones, siendo la más grave la neuralgia postherpética (NPH).

La COVID-19 pueden llegar a ser un desencadenante para la reactivación del VVZ a herpes zóster por su afectación en el sistema inmunitario, en particular a las células T CD4+ y CD8+3.

Existe un artículo que recoge la bibliografía al respecto a nivel mundial4 investigando la relación entre COVID-19 y herpes zóster. En este se pone de manifiesto que tanto puede ser la primera manifestación de la COVID-19 como actuar de indicador (en COVID-19 asintomáticos). De momento el estudio cuenta con limitaciones que no hacen posible el hecho de determinar la COVID-19 con el aumento de riesgo de herpes zóster, pero lo que sí es cierto es la incuestionable base biológica que da pie a seguir desarrollando más investigación en esta línea.


Bibliografía y referencias: