Cribado y diagnóstico de la obesidad infantil según las Guías de la AAP 2023
Dra. Rosaura Leis Trabazo | Pediatría
Hospital Clínico Universitario de Santiago, Santiago de Compostela
La nueva publicación de la Academia Americana de Pediatría (AAP) de febrero de 2023 sobre la evaluación y el tratamiento de la obesidad en niños y adolescentes, se trata de una guía completa de práctica en la que se establecen las directrices que el personal sanitario debe seguir para manejar adecuadamente a los pacientes con esta enfermedad y a sus familiares. En esta, se establece la necesidad de llevar a cabo un cribado de peso, una valoración del estado nutricional y finalmente del tratamiento tan pronto sea posible, de acuerdo al nuevo enfoque del tratamiento sin demora.
Teniendo en cuenta lo anterior, la Academia ha elaborado un algoritmo de actuación que recoge todas las recomendaciones actuales, con el fin de facilitar la toma de decisiones por parte del personal sanitario ante el caso de un niño o adolescente con exceso de peso, en función de su estatus físico y metabólico. En primer lugar, cabe destacar la necesidad de que se realice un adecuado cribado de sobrepeso y/u obesidad en todos los niños y adolescentes de 2 a 18 años, mediante la medición de su peso, talla e índice de masa corporal (IMC), para así poder evaluar el percentil en el que se sitúa su IMC según los patrones de referencia por edad y sexo del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos. En caso de que el percentil de IMC sea menor de 85 (normopeso), debe repetirse el cribado al menos una vez al año. Sin embargo, si es igual o mayor del percentil 85, se diagnosticará sobrepeso y/u obesidad en el niño o adolescente. De tal forma que se identifica como sobrepeso a un IMC mayor o igual al percentil 85 y menor de 95, como obesidad a un percentil igual o mayor de 95, y como obesidad severa a un IMC igual o mayor que el 120 % del percentil 95 (Figura 1).
De acuerdo a estas recomendaciones, una vez valorado el niño y categorizada su adiposidad, habría que llevar a cabo una evaluación integral, basada en la historia completa del paciente (valoración de la salud mental, determinantes sociales de salud, examen físico y estudios de diagnóstico), así como de todos los factores de riesgo obesogénico del niño y su familia, además de la valoración de las comorbilidades asociadas, tales como hipertensión, prediabetes/diabetes mellitus tipo 2 y dislipidemia.
El objetivo final de todas estas recomendaciones es el manejo global de la patología, teniendo en cuenta el diagnóstico, evaluación y el tratamiento simultáneo de la adiposidad y las comorbilidades del paciente.
Bibliografía y referencias: